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Capitulo 21

Capítulo 21 
[Esperanza]
 Estoy leyendo el diario de mi hermana Eugenia, concretamente las páginas fechadas en febrero de 1952. ¡Increíble la vida tan tranquila en esos años! Tánger era un reducto de paz, aunque pocos años después Marruecos se independizó y Tánger dejó de ser internacional.
Bueno, sigo con el diario, del cual le digo a Enrique que ponga algunos párrafos en el libro que está escribiendo; ninguno especialmente interesante, pero con personas que, al ver sus nombres escritos en un papel (cuaderno), haga que sea cierto que existieron. 
 Me llama la atención lo que cuenta de aquel día que, en el salón de té Madame Porte, estaba con Giovanina Petri y con Marigú (luego, de casada, Logendio), y se acercó a su mesa Estrella Cerdeira, madre de los Inza, para invitarlas el sábado. Ese día mis sobrinos Manolo y Luis M. fueron al teatro Cervantes… En fin, al verlo escrito me confirma que el Teatro Cervantes existió. 
En otros capítulos del diario leo lo que cuenta  y me confirma lo muy diferente que era en aquella época  «ir de tiendas», empezando por el hecho de que entonces no había centros comerciales ni había que desplazaren coche, aunque sí había grandes almacenes, como las Galerías Lafayette y las Galerías Preciados, y algo muy parecido a un gran almacén: nuestro amado Kent. Además la ciudad estaba llena de pequeñas tiendas y bacalitos, y no me olvido del Zoco Grande ni del Zoco Chico. Enrique me cuenta que hoy en día, en las grandes ciudades, la gente «va de tiendas» a los centros comerciales, y allí se pasean, o entran en el  supermercado, o van al cine… y, de vez en cuando, a comprar. 
En estas fechas aparece en el diario el nombre, varias veces, del amor platónico de Enrique, por medio  de una foto (publicada en el capítulo 20). Naturalmente no voy a revelar su nombre, pero es una señal de que no solo había una foto sino que, además, al aparecer en el diario de mi hermana, fue una persona real. 
[Enrique]
 Querida Esperanza, mi queridísima Esperanza: ni se te ocurra dar su nombre, ya que si lo haces no tendré mas remedio que contar algunas de tus aventuras, que fueron muchas, en tus más de cien años de correrías por este mundo, real o imaginario. Sí, sí es una amenaza; no es un consejo ni una petición. 
A veces me tengo que poner duro (no enfadado) con Esperanza, pues no se da cuenta de lo peligroso que es esto del Internet. En otro orden de cosas: pongo un vídeo de Conchita Bisquerra en la piscina, en Buenos Aires, de la casa de su tío, el embajador Miguel Sainz de Llanos, persona que cuando era cónsul de España en Tánger presentó a Manuel Chappory (el soltero de oro) y a Conchita Bisquerra, quienes después de un corto noviazgo se casaron y tuvieron tres hijos, y además criaron a Kike, al que trataron como su cuarto hijo (estoy hablando de mí). 
Como estamos de mediovacaciones (Semana Santa y «Pesaj»), escribo solo estas líneas y comparto este maravilloso vídeo, aunque un poco borroso, de Conchita, Miguel Sainz de Llanos y de tía Turi, y unas fotos del diario de Eugenia Chappory.

El esfuerzo y su premio

Febrero 1952 Diario Eugenia Chappory en Tanger

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